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Una fractura de vértebra deja a Neymar fuera del Mundial

La baja del delantero, unida a la segunda amarilla de Silva, cobra un duro peaje a la Canarinha tras su partido con Colombia

Neymar está fuera del Mundial. La gran estrella de Brasil se perderá los dos últimos partidos de la Copa por una fractura de la tercera vértebra lumbar que requerirá entre cuatro y seis semanas de recuperación. El rodillazo del lateral Camilo Zúñiga a los 86 minutos del partido tumbó inmediatamente al crack del Barcelona y le obligó a ser retirado del campo en camilla, entre sollozos, mientras el emocionado público brasileño asistía al asedio de la selección de Pékerman en busca del empate. Tras ser atendido por los médicos de la selección brasileña, Neymar fue trasladado al hospital San Carlos de Fortaleza, donde se le sometió a un examen que confirmó la gravedad de la lesión. El jefe médico de la selección, Rodrigo Lasmar, informó de que el futbolista sufre “fractura en la región de la columna vertebral”. “No es grave, sentirá dolor durante algún tiempo. Desafortunadamente, no estará en condiciones de jugar. El plazo es demasiado corto; es una fractura que progresa muy bien, pero necesita unas cuantas semanas de recuperación, algunas semanas inmovilizado”, explicó. Neymar, que deberá usar un corsé durante un periodo de dos semanas, no necesita cirugía.

Las muestras de apoyo al astro brasileño en redes sociales han sido inmediatas y provienen tanto de compañeros como de rivales. Uno de los primeros en emitir un criterio fue el exfutbolista Roberto Carlos, en su cuenta de Twitter: “Le mando un abrazo a este fenómeno del futbol actual. Neymar, amigo, siempre a su lado, antes durante y después sufrimos con usted, vamos a reír con usted, porque usted es único y nos está trayendo alegrías. Es un momento difícil, pero paciencia, calma, volverán las cosas buenas”. Y añadió: “Dios lo quiso así, no un jugador de Colombia”. Su compatriota Robinho, exinternacional, expresó: “Neymar, Neymaravilla, toda la familia está orando por ti, te amamos. Que Dios te bendiga”. Por su parte, el crack argentino Lionel Messi, compañero de Neymar en el Barcelona, también le mandó buenos deseos: “Neymar, ¡espero que te recuperes muy pronto, amigo!”.

Los apoyos recibidos en unas pocas horas exceden ya el ámbito del fútbol. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, publicó en Twitter: “Como todos los brasileiros, soy solidaria con Neymar. Fuerza Neymar, todo nuestro apoyo”. Luego, en referencia a los técnicos de la ‘canarinha’, añadió: “Es hora de la unión en torno a la selección brasileña de Felipão y Parreira. Vamos, Brasil”. Desde Estados Unidos, la estrella de la NBA LeBron James también envió un mensaje: “Me enteré de la noticia de Neymar. Qué jugador. Que tenga una excelente y rápida recuperación. Que regrese pronto”.

Camilo Zúñiga, el lateral colombiano que le produjo la lesión, declaró tras el partido que “nunca tuve la intención de causar mal al jugador. Dentro del campo tenemos que jugar con firmeza, pero nunca con la intención de lesionar”. “Queríamos marcar”, añadió, “el partido estaba fuerte. Brasil estaba entrando fuerte. Espero que no sea nada grave, vamos a pedirle a Dios. Él es un gran talento para Brasil y para el mundo”. El capitán brasileño, Thiago Silva, salió en defensa del futbolista colombiano y afirmó que “Zúñiga no tiene maldad, lo conozco del campeonato italiano. Lo que sí creo es que fue imprudente […] Yo soy zaguero, y sé que, en situaciones así, uno debe ser más cuidadoso”.

La clasificación de la selección brasileña a las semifinales ha convertido el país en una ruidosa fiesta que moderó ligeramente su volumen tras conocerse la noticia. Una de las principales críticas a la selección de Scolari en Brasil es su excesiva dependencia de Neymar, agudizada por la falta de delanteros centro desequilibrantes. Unida a la segunda tarjeta amarilla del capitán Thiago Silva, que le inhabilita automáticamente para enfrentarse a Alemania el próximo martes, los cuartos de final han cobrado un duro peaje a una selección que demostró categoría en la primera mitad y puede darse por satisfecha, en cualquier caso, tras resistir el valiente acoso ‘cafetero’ en una segunda mitad que alcanzó notables cotas de tensión.

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