Plástico, gasolina, caucho sintético… Muchos son los productos usados cotidianamente que se fabrican a partir del petróleo. Pero esta materia prima cada vez es más escasa. Por tanto, la comunidad científica está investigando las posibilidades de usar materias primas renovables para sustituir al petróleo. Un ejemplo bien conocido de esto es el biogasóleo (biodiésel), el cual no se obtiene del petróleo sino de biomasa vegetal.
Ya hay planes para producir otra sustancia a partir de vegetales: El isobuteno (llamado también isobutileno), un producto químico básico que se utiliza en la industria química para elaborar combustibles, disolventes, elastómeros o incluso agentes antidetonantes para combustibles. Se usará azúcar, y no petróleo, para producir este isobuteno alternativo.
Un grupo de investigadores del Centro Fraunhofer de Procesos Químicos-Biotecnológicos (CBP) en la ciudad alemana de Leuna trabaja en los preparativos para montar una planta piloto.
Además, a fin de no poner en peligro la productividad agrícola alimentaria, este azúcar vendrá en un futuro de la madera o la paja, y no de la remolacha como ahora.
La base de este nuevo proceso es obra de la empresa Global Bioenergies. Los investigadores de esta compañía introdujeron la singular conversión metabólica del azúcar en isobuteno en un microorganismo: Si se proporciona azúcar a dicho microorganismo, éste lo “digiere” y produce isobuteno gaseoso.
Instalación de pruebas del CBP para producir sucedáneos del petróleo a partir de materias primas renovables. (© Gunter Binsack / Fraunhofer CBP)
Con la colaboración del CBP, que dirige Gerd Unkelbach, se espera poner en marcha las instalaciones de procesamiento, que ocuparán 600 metros cuadrados, para fines del 2015.
El ciclo básico del proceso es el siguiente: El azúcar y los microorganismos entran en un fermentador donde se convierte el azúcar en isobuteno gaseoso mediante los microorganismos. Después, el isobuteno se separa, purifica, licúa e introduce en recipientes.
Una vez que el proceso haya sido trasladado del laboratorio a la planta piloto, donde deberá funcionar a una escala mucho más grande, se calcula que en la planta producirá hasta 100 toneladas de isobuteno por año.
