Radio Biodiversidad

En 2013, las se-quías, los tornados y tormentas han alcanzado niveles históricos

El sureste de Brasil atraviesa las peores lluvias de su historia, que hasta ahora han causado al menos 35 muertos, según los últimos datos oficiales. La unidad de Protección Civil ha informado que más de 50.000 personas han tenido que abandonar sus hogares y más de 20.000 kilómetros de carreteras han sido destruidas o afectadas por las intensas precipitaciones.El volumen de lluvias registrado en diciembre por la principal estación meteorológica del estado de Espírito Santo fue casi el triple del promedio mensual calculado en los últimos 90 años: 669 milímetros de precipitación, 420 de ellos en un intervalo de menos de 48 horas. Eso significa que, en este periodo, 420 litros de agua cayeron en tan solo un metro cuadrado. Mientras esto ocurre en Brasil, una ola de calor en el norte y el centro de Argentina, la más larga registrada desde 1906, ha dejado ya tres muertos y está provocando nuevas marcas históricas en el consumo de energía, que se traduce en cortes frecuentes del servicio eléctrico.

Poco más lejos, en el Polo Norte, de acuerdo con una nota publicada en The Guardian, Julienne Stroeve, una científica estadounidense que lleva estudiando el océano Ártico durante décadas, alertó recientemente que vastas zonas de hielo Ártico han desaparecido, superando sus peores pronósticos. Según Stroeve, en las últimas semanas se han perdido 100.000 kilómetros cuadrados de hielo al día (el 10% de la extensión de Bolivia), una cifra exorbitante.

Todos estos casos no son más que consecuencias de un fenómeno cada vez más alarmante: el cambio climático. Y es que a medida que la Tierra se calienta, genera puntos de inflexión que aceleran el calentamiento de forma descontrolada. Por ejemplo, con las subidas de temperatura se derrite el hielo del océano Ártico, destruyendo el gigantesco “espejo blanco” que devuelve parte del calor hacia el espacio mediante su reflejo. Esto lleva a un mayor calentamiento del océano, que a su vez derrite más hielo, y así sucesivamente hacia una espiral desenfrenada. De allí que en 2013 las sequías, los tornados y tormentas hayan alcanzado niveles históricos.

Los científicos vienen advirtiendo durante años sobre este fenómeno y sus secuelas. En este sentido, sorprende que, a pesar de las contundentes evidencias de que el mundo realmente se está calentado, lo que genera catástrofes climáticas extremas, existan todavía gobiernos que prefieren postergar la lucha contra el calentamiento global en nombre del progreso, subsidiando por ejemplo los carburantes, en vez de proteger los bosques del planeta, que son los únicos que pueden contrarrestar la expansión de los gases de efecto invernadero. Y lo propio ocurre a nivel personal. Aún son muchas las personas que prefieren olvidar aportes tan sencillos como evitar chaqueos, cuidar el agua o apagar las luces y computadoras que no están siendo utilizadas.

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